La mayoría de las víctimas del Titanic murieron no por ahogamiento sino por la exposición al agua del mar que estaba a 0º cuando el barco naufragó. Aunque el cuerpo tiene mecanismos de defensa para mantener el calor corporal, si hace mucho frío esta producción de calor puede ser insuficiente, es el momento en el que los mecanismos compensadores del organismo para mantener la temperatura del cuerpo comienzan a fallar. Se produce entonces lo que en términos médicos se denomina hipotermia. Un descenso de sólo dos grados en la temperatura corporal puede afectar al cerebro. Si baja más, la víctima puede llegar a sufrir una pérdida de consciencia y morir.